En el año 2017, el Minsal reconoció la especialidad de Farmacia Clínica. Su desempeño ha permitido que sean incorporados como profesionales en las Unidades de Paciente Crítico (UPC). ¿Qué es lo que hacen en ellas?

Por Trinidad Valenzuela, periodista Sochimi

En las UPC cada paciente requiere un tratamiento farmacológico especial. El profesional encargado de optimizar e individualizar los tratamientos farmacológicos en la UCI es el químico farmacéutico (QF). La responsabilidad de su optimización comprende desde la validación de las dosis, su administración, el seguimiento del tratamiento para asegurar la efectividad y la minimización de la potencial toxicidad.

El QF participa en todas las etapas de la medicación, incluso desde antes de la prescripción, colaborando con el equipo médico y sugiriendo las mejores alternativas de medicamentos, la mejor dosis y la monitorización adecuada.

Según el American College of Clinical Pharmacy, la “Farmacia Clínica es una disciplina de las ciencias de la salud en la que los farmacéuticos proporcionan atención al paciente. Esta disciplina optimiza la terapia con medicamentos y promueve la salud, el bienestar y la prevención de enfermedades”.

 

QF Mariana Arias

La presidenta de la división de Farmacia Clínica de la SOCHIMI, QF Mariana Arias, quien actualmente trabaja en la UPC del Instituto Nacional de Torax, afirmó que el objetivo de la Farmacia Clínica es “hacer que cada tratamiento farmacológico, sea un traje a la medida para cada paciente”. Para eso, es necesario evaluar el estado del paciente, teniendo en consideración su edad, condición clínica, función renal, función hepática e IMC, presencia de terapias extracorpóreas, entre otros antecedentes.

A su vez, explicó que posterior a la evaluación del paciente, el QF realiza diferentes recomendaciones según corresponda, como incorporar algún medicamento a la terapia, suspender otro, modificar dosis, monitorizar la efectividad y seguridad de los tratamientos y evaluar si es que hay medicamentos que puedan interaccionar entre sí.

Otra de las recomendaciones realizadas por los QF están orientadas a la prevención, detección y manejo de reacciones adversas a medicamentos, así como la notificación al encargado de farmacovigilancia del respectivo centro.

QF Rubén Hernández

Por su parte, el past president de la división de Farmacia Clínica de la SOCHIMI (2019 -2020), Rubén Hernández, quien actualmente es QF de la UPC y Unidad de Oncología del Hospital Exequiel González Cortés, aseguró que el gran aporte del QF es la optimización de las terapias en los pacientes críticos. Es decir, “elegir los medicamentos más seguros, eficaces y costo efectivos para cada paciente en particular, teniendo en cuenta su estado clínico y otros medicamentos que esté consumiendo, con el fin de evitar interacciones farmacológicas”.

 

QF Claudio González

Asimismo, el QF de la UPC del Hospital Barros Luco Trudeau, Claudio González, mencionó que el QF es quien se encarga de que los pacientes “reciban medicamentos que cumplan su objetivo” y destacó que en las UPC el farmacéutico clínico tiene el deber de detectar y prevenir errores de medicación de los pacientes, con el objetivo aumentar la seguridad de los tratamientos.

Reconocimiento de la especialidad de parte del Minsal.

En diciembre de 2017, se publicó en el Diario Oficial de la República de Chile una modificación al decreto supremo Nº8 del año 2013 del Ministerio de Salud, en la que el Minsal reconoció cinco especialidades farmacéuticas y dentro de ellas, la especialidad de Farmacia Clínica.

La certificación de la especialidad de Farmacia Clínica responde a la necesidad de asegurar la calidad de los servicios sanitarios y es un reconocimiento a la labor de los químicos farmacéuticos en los distintos centros asistenciales de todo el país. Mariana Arias, aseguró que “el desempeño y los resultados de los QF han permitido que sean incorporados como profesionales en las UPC y además que esta especialidad haya sido reconocida”. Por su parte, Claudio González aseguró que el reconocimiento de la especialidad de Farmacia Clínica por el Minsal es un hito importante en la profesión, ya que “antes la actividad de Farmacia Clínica se hacía sin este reconocimiento formal”.

QF Ruth Rosales

En tanto, la farmacéutica clínica de la UPC del Hospital Barros Luco Trudeau, Ruth Rosales, destacó que el hito significa un “reconocimiento al beneficio que entregan los servicios farmacéuticos para la atención de nuestros pacientes. Además de que estos servicios requieren tener químicos farmacéuticos clínicos con un elevado grado de formación y experiencia en el área”.

La última norma de funcionamiento de las UPC recomienda que en cada una de estas unidades debe haber un químico farmacéutico clínico de jornada completa (44 h), el cual debería ocuparse idealmente de 12 a 15 camas.

Rubén Hernández explicó que la mayoría de las sociedades internacionales y las guías recomiendan la incorporación de un QF a sus UPC, ya que “la suma de este profesional tiene un impacto en aspectos como: menor estadía hospitalaria, menores eventos y reacciones adversas a medicamentos. Por lo tanto, la incorporación de un QF tiene un impacto en la seguridad y efectividad de los medicamentos”.

En la misma línea, destacó la importancia de generar protocolos para actualizar los contenidos de las UPC y de apoyar al equipo de Enfermería en la administración de medicamentos.

EU Nóskar Navarro

Al respecto, la presidenta de la división de Enfermería de la Sochimi, EU Nóskar Navarro, aseguró que gracias a la incorporación del QF a las UPC, hay un “aumento de la seguridad en la administración de los medicamentos, ya que ajustan dosis y velan por una adecuada administración y preparación de los diferentes fármacos”.

También, destacó que son un aporte en la gestión clínica, ya que ante cualquier duda con algún fármaco se consulta directamente al QF de la unidad.

En tanto, Mariana Arias explicó que varios estudios en UPC han demostrado que los QF tienen un impacto tanto en la morbimortalidad de los pacientes, como en el aspecto farmacoeconómico de los hospitales, “ya que permiten disminuir costos al prevenir eventos adversos a medicamentos o errores de administración, que pueden prolongar la hospitalización o tener consecuencias indeseables para el paciente”.

A su vez, destacó su relevancia en la optimización de tratamientos y en la monitorización de fármacos considerados de alto riesgo y/o que tienen un margen terapéutico estrecho, es decir, la diferencia entre la dosis terapéutica y la dosis tóxica es muy baja.

Rol durante la pandemia del Coronavirus

Durante la pandemia, el rol del QF ha sido fundamental. Ruth Rosales, explicó que los servicios farmacéuticos trabajaron “en forma coordinada con la farmacia asistencial, la farmacovigilancia y todo el equipo de salud en una tarea conjunta”.

Por su parte, Claudio González aseguró que “todas las herramientas de la Farmacia Clínica se pusieron a disposición de nuestros pacientes, lo que fue fundamental para que los pacientes con Covid-19 salieran adelante de nuestra UCI”.

En tanto, Rubén Hernández aseguró que el aporte de los QF durante la pandemia se puede resumir en dos grandes áreas; la primera es la relacionada con la gestión y adquisición de los medicamentos a nivel hospitalario, ya que “con la alta demanda de pacientes, los medicamentos habituales escasearon y fue fundamental la logística que realizaron los QF”. La segunda, en el área clínica, con la optimización de la terapia farmacológica de los pacientes con coronavirus, para elegir la mejor herramienta terapéutica dado el contexto de los pacientes.

Asimismo, Mariana Arias afirmó que tuvieron que plantear alternativas frente a la escasez de medicamentos. “Hubo que colaborar activamente con los equipos para proponer estrategias para optimizar la sedación y la analgesia de los pacientes y poder adaptarlos a ventilación mecánica. En algunos centros hubo quiebres de drogas vasoactivas o de antibióticos”, dijo la presidenta de la división.

 

Rol de la división de Farmacia Clínica

En 2009 se creó la división de Farmacia Clínica de la SOCHIMI. Su objetivo principal es la capacitación continua, tanto de los QF que trabajan en las UPC, como de otros QF y profesionales que trabajan en el área de cuidados intensivos.

Rubén Hernández aseguró que la SOCHIMI es una sociedad transdisciplinaria, por lo que es fundamental tener una división de Farmacia Clínica para participar en conjunto con los demás profesionales de Cuidados Intensivos sobre los temas atingentes a los medicamentos.

La QF Mariana Arias explicó que como división “tratamos de capacitar continuamente en diferentes temas, por ejemplo, en la optimización de fármacos en UPC, en el manejo farmacológico de algunas patologías, en la utilización de herramientas de softwares farmacocinéticos para individualizar las dosis de los pacientes, en farmacovigilancia en las UPC, entre otros”.

En tanto, Ruth Rosales aseguró que el rol de la división en la educación es fundamental para evitar errores y tener una administración correcta de los medicamentos.

Por su parte, Claudio González aseguró que la división promueve el uso racional de medicamentos seguros, efectivos y de calidad para lograr una adecuada optimización de la farmacoterapia. Así como “la búsqueda de mejores resultados para nuestros pacientes, reducción de mortalidad, de eventos adversos y de problemas de seguridad. También, contribuye a la reducción de los costos, para que la optimización de este insumo determine resultados económicos favorables en todos los escenarios de utilización de medicamentos”.

Además de las instancias de capacitación continua, otro objetivo de la división es generar protocolos, documentos y procedimientos de uso de medicamentos, para los profesionales de salud de las UPC como apoyo en su práctica diaria. En estas guías de manejo se especifican las condiciones de uso de muchos medicamentos, dada la evidencia científica disponible hasta el momento. También, estas guías hacen referencia a ajustes de dosis en poblaciones especiales, precauciones de administración, monitorización de efectividad y seguridad de los tratamientos de las UPC, entre otros.

A su vez, durante la pandemia, la división ha colaborado en la construcción de protocolos farmacoterapéuticos del manejo contra el virus. Por ejemplo, en conjunto con la Sociedad Chilena de Infectología realizó la guía de diagnóstico y manejo farmacológico de los pacientes con Covid-19.

Otro objetivo de la división es visibilizar el rol y la importancia del químico farmacéutico como miembro del equipo de la UPC. Al respecto, Ruth Rosales afirmó que “la división de Farmacia Clínica en la SOCHIMI ha sido un referente para el equipo clínico para reconocer el valor de nuestra actividad en distintos ámbitos”.

Rosales, quien además es socia fundadora de la división de Farmacia Clínica y fue presidenta de la división durante 2012 y 2013, acotó que “todas las directivas han abrazado ese mismo ideal que reconoce el valor de nuestra actividad clínica y han enfrentado exitosamente los desafíos que se han requerido”.